viernes, 3 de octubre de 2014

Bonus Special Track

¿Pero tú no habías terminado con el blog éste? ¿A qué vuelves con tus tonterías que no nos interesan? Supongo que algo así estaréis pensando en este momento, mientras leéis estas líneas que ninguno de vosotros esperaba volver a leer. Permitidme recuperar, solo por esta vez, éste blog que fue mío, en el que os contaba mis historias y experiencias en la tierra de Copérnico, para hacer una última reflexión.

Y es que hoy, 3 de octubre de 2014, se cumple un año de mi llegada a Polonia. Sí, ya se que estoy en España otra vez, y es una maravilla vivir en tu país, cerca de los tuyos y de los que se quieran acercar a tí, pese a la cada vez más lamentable situación del país, pero supongo que entenderéis que precisamente hoy me tome un tiempo para volver la vista atrás y recordar tantos momentos vividos, tantas experiencias irrepetibles y a toda esa gente que se dejó atrás hace seis meses.

Un año. 365 días. 8760 horas. Parece mucho tiempo, y sin embargo, lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Ya se que suena a tópico, pero lo siento así. Recuerdo perfectamente los días previos a mi marcha a Rzeszów, con un futuro un tanto incierto, ya que no sabía si iba a volver pronto a España o si mi estancia allí se iba a prolongar más de los seis meses estipulados. Recuerdo también las despedidas de los amigos, la fiesta de despedida que no tuve (disculpad por el tirón de orejas), la despedida de la familia, el adiós último a mi madre y mi hermana cuando subí al AVE camino a Gerona. Por cierto, fijáos como cambian las cosas, que ya no se puede volar de Gerona a Rzeszów directamente. Cosas de Ryanair...

Por supuesto, recuerdo muy bien ese tren que casi pierdo en Barcelona y que casi provoca el apocalipsis polaco, como os conté en una de las entradas de este blog (podéis leerla aquí si queréis reíros de mi de nuevo), la llegada a Polonia, el momento en que conocí a los que iban a ser mis compañeros de aventura durante esos seis meses... Recuerdo a Nathalie, a Flo, Sabrina, Roberto, Szonja... pero también a mi mentora, Aleksandra, y a mi coordinador, Maciej, y a tantos y tantos amigos que conocí en Rzeszów y en el on-arrival training de Varsovia. Mis inútiles intentos por aprender polaco, la sensación de independencia... Tantas historias, tantas anécdotas que recordar que no tendría espacio suficiente para hacerlo aquí. Ni ganas, tampoco.

Por ese motivo, porque no tengo tiempo para contarlo todo, sencillamente voy a agradecer a todos los que pasaron por mi vida durante mi estancia en Polonia y me hicieron la vida más fácil. Gracias a todos, chicos. Thank you very much. Dziekuje bardzo.

Y quizás lo más importante, me gustaría volver a aconsejar a todos que si disponéis de la posibilidad de realizar una estancia en el extranjero, del tipo que sea, bien Erasmus, EVS, trabajo, o lo que el destino os tenga preparado, no dudéis. Es una experiencia única y que os marcará para siempre.

Dicho todo esto, y si habéis aguantado a leer hasta aquí, me gustaría cerrar este blog, al menos por el momento, agradeciendo a todos su lectura. Os confieso que en mas de una ocasión, debido a la falta de ideas, me pregunté por qué continuaba escribiéndolo si apenas lo leía nadie. Pero luego decidí que esos pocos merecían que les devolviera un poco de la atención que me prestaban a mi y les mantuviera al corriente de mi nueva vida. Gracias.

Un año ya. Nada ha cambiado. ¿O quizá si?


viernes, 21 de marzo de 2014

Koniec

Llegamos a la que se supone es última entrada de este blog.  O al menos espero que sea la última, porque si no lo es, seguramente querrá decir que han acontecido huelgas varias en Francia que me retengan en París por un tiempo y tenga que contarlo de algún modo, ya sea a través de este blog o por otras fuentes.  Pero esperemos que no, toquemos madera.

Se pone fin así a 171 días como voluntario en Polonia, casi casi medio año exacto.  De hecho, si no hubiera tenido que adelantar una semana mi regreso, así hubiese sido, seis meses clavados tal como se establecía en mi Activity Agreement, esa especie de contrato que se firma cuando se acepta el Voluntariado.  Ciento setenta y un días, decía, y 18 entradas en el blog contando con esta.  Casi una cada diez días.  Y eso que tuve un periodo de crisis creativa en la que no sabía muy bien de qué escribir y por qué seguía con el tema este del blog si me siguen cuatro gatos.  Pero bueno, el compromiso con la gente que me sigue, inclusive de algunos de los que hace mucho no sabía nada, y que no esperaba que me siguieran, me hicieron continuar adelante con el proyecto.  Y aquí estamos, casi ochocientas visitas después, cerrando el blog.  Me hubiera gustado llegar a las mil para dejar un número redondo y bonito, pero bueno, tampoco me puedo quejar del resultado, teniendo en cuenta el escaso público al que iba dirigido esto.

Analizando todo este periodo de voluntariado, debo decir que he finalizado muy contento de mi trabajo en Polonia.  Si por mi hubiera sido, me hubiese quedado sin dudarlo, ya que creo que todavía me quedaron cosas por hacer, especialmente ahora que en mi organización de acogida les ha dado por iniciar un proyecto en el que analizar aguas con los chavales.  Se les ocurre ahora que me voy, para una vez que tienen un químico en el negocio...  Pero bueno, yo ya hice mi propia investigación sobre aguas.  Ha sido muy positivo para mi poder ejercer más o menos mi profesión, ya que aunque mi trabajo aquí ha sido mayormente con chavales más o menos jóvenes, me he dedicado a hacer una pequeña investigación química acerca de la calidad del agua del río de Rzeszów.  Además de los talleres de ciencia que les he montado.  Es lo que tiene haber estudiado químicas, que al final te vuelves un friki de ella y la necesitas de vez en cuando para sentirte realizado...

En cuanto a mi vida en Polonia, ha sido mejor de lo esperada.  El famoso invierno polaco no ha existido este año.  Apenas en un par de ocasiones hemos estado por debajo de -15ºC.  Y la nieve casi no ha hecho acto de presencia.  Ahora parece que la primavera se está abriendo paso, y creedme si os digo que no es tan distinta a la nuestra.  Quizás el verano sea un buen momento para regresar como turista.

Esta ha sido la nevada más gorda de todo el año.  Como veis, poquica cosa...
Esta última semana he estado de asuntos burocráticos.  Como os podréis imaginar, una vez terminas el voluntariado, tienes que formalizar unos cuantos documentos.  Que si informes finales para la Agencia Nacional, que si otro para la UE, informe sobre mi investigación personal...  El YouthPass...  ¿Que qué es el YouthPass?  Es un documento en el que te autoacreditas (si, como suena) que has aprendido una serie de habilidades que te pueden servir en tu futura vida laboral, imagino que lejos de España, porque España y laboral son palabras que no pueden ir juntas en una misma frase...

Y ahora ya, aquí estamos, último día en Polonia.  Quizás cuando leas esto, ya esté en el aire, de regreso a Zaragoza.  O incluso, ya esté allí.  O atascado en París.  Quién sabe.  Creo que más o menos os he contado lo más importante de mi estancia aquí, aunque seguro que hay muchas cosas de las que me he olvidado.  Quizás algún día os lo cuente en una segunda parte de este blog.

Para terminar, me gustaría daros las gracias a todos los que habéis sido capaces de soportar los tostones que os he ido metiendo regularmente en este blog, incluido éste.  Gracias por leerme.  Nos vemos en España.


Do zobaczenia!

viernes, 14 de marzo de 2014

Hiszpania

Si recordáis, en la entrada anterior os ofrecí la posibilidad de ser vosotros los que eligierais la temática de la entrada de esta semana, penúltima de este blog a no ser que me de por cambiar de idea y decida continuarlo de alguno u otro modo.  Pues bien, ayer jueves se cerró el plazo para votar, y los que lo habéis hecho, habéis decidido que el tema a discutir hoy sea la opinión que tienen los polacos sobre España en general y sobre los españoles, en particular.  Vayamos a ello.

Lo primero que habría que decir acerca de lo que piensan los polacos de nuestro país es que les resultamos exóticos.  Somos del sur (eso si que es cierto), mucho más abiertos y sociables que por estas tierras, y tenemos sol y un clima benigno todo el año.  Y todo el año significa los 365 días de éste.  Algunos llegan a dudar que alguna vez nieve en España.

Por ello, y aunque os parezca difícil de creer, España es algo parecido a la Tierra Prometida para los polacos.  El lugar ideal.  Por ello, lo español está bastante de moda por aquí, y no es raro encontrar gente que, o sabe español, o está estudiándolo, o quiere aprenderlo.  Existen varias casas de España repartidas por toda la geografía polaca, y no es raro ver conferencias sobre los usos y costumbres de nuestro país.  

Casa de España en Breslavia
También dicen que somos muy trabajadores.  El idioma español les resulta interesantísimo, hasta el punto de considerarlo el idioma de la música.  De hecho, no es raro encontrar canciones cantadas en español en la radio.  Shakira o Enrique Iglesias son algunos de los cantantes hispanohablantes más famosos en este país.

Les sorprende y mucho nuestros locos horarios, especialmente a la hora de comer.  Si les dices que en España se suele comer hacia las dos del mediodía, ya les parece tarde; pero si les dices que ocasionalmente se llega a empezar a comer a las cuatro de la tarde, ya directamente te miran con cara de que somos más raros que un perro verde.  Y no es de extrañar, ya que aquí se cena entre las seis y las siete de la tarde.  Cuando nosotros merendamos, vaya.  Con respecto a la comida, es bien conocido por ellos el hecho de que tenemos una gastronomía notable, sin embargo, no son capaces de nombrar platos típicos españoles más allá del jamón, y en ocasiones, la paella.  La tortilla de patata no es excesivamente conocida, es más, en las tiendas de por aquí venden una cosa que se llama tortilla también, pero es de origen mexicano, y llegan a confundirlo con eso, cuando están a años luz la una de la otra.  Esta confusión puede ser debida a la ausencia de restaurantes españoles, que no es que no haya ninguno, pero tampoco abundan.  Bueno, y a que siempre nos andan confundiendo con Latinoamérica...

Tortilla de maíz propia de México.  Como veis, nada que ver con la nuestra.
También les resultan sorprendentes los horarios de trabajo.  Y aquí llevan razón, no es normal entrar a trabajar a las nueve de la mañana y salir del trabajo a las ocho de la tarde como ocurre en nuestro país.  Sin embargo, como ya os he dicho, tenemos fama de muy buenos trabajadores, al contrario de lo que solemos creer.

Pero sin duda, si por algo somos conocidos los españoles en Polonia, es, como no podría ser de otro modo, por el fútbol.  O mejor dicho, por la Selección Española, el Real Madrid y el Barcelona.  Aquí también solo existen el Madrid y el Barça.  Y sí, también están hasta en la sopa, ni aquí se libra uno de ellos.  Como anécdota personal, ocurrió una vez que, yendo de excursión con los chavales, al saber que yo era español, me preguntaron de inmediato sobre el dichoso Clásico, que justo había sido el fin de semana anterior.  Respecto a la selección Española, sienten envidia por los últimos éxitos de ésta, ya que nunca un equipo polaco ha conseguido llegar muy lejos en las distintas competiciones de fútbol.

En cuanto a los españoles conocidos por estos lares, bueno, aquí suelen tener de nuevo cierta confusión entre España y Latinoamérica, especialmente la gente más joven.  Por ejemplo, varias veces he tenido que decir a los chavales que Messi no es español, al menos de origen.  Tampoco Shakira.  Y ni mucho menos Cristiano (sí, algunos piensan que es español, supongo que será porque juega en el Madrid).  Sin embargo, sí conocen a Enrique Iglesias, e incluso la gente más entrada en años, a su padre, Julio; a Antonio Banderas, por ser la voz del gato con botas en Shrek, Rafael Nadal, y a una larga retahíla de futbolistas de la selección.

Tendrá doble nacionalidad, pero no nació en España.
Y más o menos, esto es todo en lo que respecta a la estima que nos tienen en Polonia.  Espero que haya cumplido con vuestras expectativas.  La semana que viene, última entrada del blog.

Na razie!

viernes, 7 de marzo de 2014

Viajando por Polonia (III): Varsovia

Seguimos la serie itinerante comenzada hace más de un mes en la que os muestro las principales localidades de Polonia.  Os recuerdo que las entradas anteriores las podéis leer aquí: Viajando por Polonia (I): Cracovia y Viajando por Polonia (II): Breslavia.

En esta ocasión, nos vamos a la capital del país, Varsovia.  Concretamente, Varsovia viene siendo la capital de Polonia desde 1596, cuando la capitalidad del antiguo Reino de Polonia, por entonces ya República de las Dos Naciones, se trasladó desde Cracovia durante el reinado de Segismundo III.  Esto generó una rivalidad entre las dos ciudades que aún todavía hoy perdura, ya que los habitantes de la capital del Voivodato de Małoposlkie consideran a Cracovia como la capital histórica y cultural del país.

No se si habéis notado que me gusta la historia...

Pero volvamos a Varsovia.  Situada en el corazón del Voivodato de Mazovia, la ciudad fue fundada con casi toda probabilidad en el siglo XIII.  La etimología de la ciudad es bien curiosa, pues se dice que fue fundada sobre los terrenos que poseía un pescador llamado Warsz, y su mujer, una sirena de nombre Sawa.  De esta leyenda nació el nombre de Warszawa, actual nomenclatura de la ciudad.  Y de ahí viene que encontremos una sirena en su escudo de armas.

Invadida por suecos, rusos y alemanes, la historia de Varsovia es larga y convulsa.  Sin duda, el momento más difícil de la ciudad sobrevino durante la ocupación nazi de Polonia.  Durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad sirvió de escenario para los más encarnizados combates entre los Nazis y el Ejército Rojo, lo que ocasionó que la ciudad quedara reducida literalmente a cenizas, perdiendo el 85% de sus edificios y la práctica totalidad de sus habitantes.  Eso hace, que cuando se visita la ciudad, esta parezca fea y arisca, debido a que, tras finalizar la guerra, tuvo que ser reconstruida con prisa, y sin atender a criterios estéticos o arquitectónicos (a excepción de los edificios históricos), sin embargo, Varsovia conserva algunas joyas dignas de ser visitadas.

El edificio más característico de la ciudad es, sin duda, el Palacio de Cultura y Ciencias, un edificio de 1955 que fue un regalo de Stalin al pueblo de Polonia.  Actualmente, se utiliza como museo, centro de exposiciones y palacio de congresos.

Palacio de la Cultura y de las Ciencias de Varsovia
Este Palacio de la Cultura y las Ciencias, se encuentra edificado justo en el corazón del que fuera el Guetto de Varsovia, cuya área se encuentra delimitada por una marca en suelo.  Unos metros más adelante, se puede visitar el único resto que queda en pie de la pared que dividía el guetto con respecto al resto de la ciudad.

Señal divisoria de lo que fuera el muro del Guetto de Varsovia

Trozo del muro del Guetto de Varsovia
Situado en el corazón de la Varsovia antigua encontramos el Castillo Real, un bello edificio neoclásico que fue la residencia del rey de Polonia hasta 1795, año en que, tras la Tercera Partición de Polonia, el país dejó de existir durante 123 años.

Castillo Real
Partiendo desde aquí, y bajando por ulica Krakowskie Przedmieście, encontramos el Palacio Belwederski, la residencia del Presidente de la República de Polonia.  Unos metros más adelante, podemos ver el Palacio Staszic, sede de la Academia Polaca de Ciencias.  A sus pies se encuentra presente la estatua de Nicolás Copérnico, que fue robada por los nazis y a punto estuvo de ser fundida en 1944.

Palacio Belwederski, sede del Gobierno de Polonia.
La foto fue tomada el 11 de noviembre, día de la Fiesta Nacional Polaca.
Palacio Staszic.  A sus pies, la estatua de Copérnico
Por supuesto, la oferta cultural de la ciudad es rica y variada.  Uno de sus puntos fuertes son los museos.  Varsovia cuenta con gran cantidad de museos dedicados a polacos ilustres: Copérnico, Chopin...  Servidor, como no podía ser de otro modo, visitó el museo (y casa natal) de Marie Curie.

Museo-Casa Natal de Marie Curie, ulica Freta 16
Además, tenéis otra gran cantidad de museos de arte e historia.  Si, como a mi, os gusta esta última, no podéis perderos el museo del Levantamiento de Varsovia.

Y si después de todo esto aún tenéis ganas de más, siempre podéis daros un paseo por los Jardines Sajones, un precioso parque situado a medio camino entre el centro de la ciudad y el casco histórico.  Allí, entre las muchas cosas que podréis visitar, no podéis perderos la tumba al soldado desconocido ni el Gran Teatro Wielki, en Plac Teatralny.

Tumba al Soldado Desconocido
A la izquierda, el Gran Teatro Wielki.  A la derecha, el complejo de oficinas
Metropolitan, diseñado por Norman Foster
Y esto es todo en cuanto a Varsovia.  Ya veis que pese a la guerra, la ciudad ha sabido sobreponerse y poco ha poco ha ido recuperando su esplendor.  Nos vemos la semana que viene.

Na razie!


sábado, 1 de marzo de 2014

El transporte en Polonia

A raíz de la serie comenzada en el mes de enero en el que os voy mostrando alguna de las ciudades más interesantes de Polonia que he visitado (podéis leerlas en los siguientes enlaces: Viajando por Polonia (I): Cracovia; y (II): Breslavia), he decidido dedicar una entrada completa a explicaros como son los transportes de Polonia, tanto públicos como privados.

Empecemos por los aviones.  Polonia cuenta con trece aeropuertos, siendo el más importante de ellos, por tráfico y volumen de pasajeros, el de Varsovia-Fréderic Chopin, situado al sur de la capital.  No confundirlo con el de Varsovia-Modlin, más pequeño y alejado, fuera de la ciudad de Varsovia.  Además, por importancia, habría que destacar también el de Cracovia-Juan Pablo II; y el de Breslavia-Copérnico.  Las aerolíneas que operan en el país son LOT Airlines, que es la compañía nacional (el Iberia polaco, para que nos entendamos), WizzAir, que es una aerolínea privada de bajo coste húngaro-polaca, y por supuesto, Ryanair.

Terminal del aeropuerto de Rzeszów-Jasionka

Empecemos ahora lo divertido.  Viajar por carretera.  Bien, en este país, viajar en autobús se puede hacer simplemente insufrible.  Cualquier distancia se hace eterna.  Por ejemplo, Cracovia-Rzeszów, que son unos 160 km, cuesta 3 horas.  Varsovia-Rzeszów, unos 350 km, cinco horas y media.  Ir a Gdansk (o Dánzig, lo que os resulte más fácil en castellano), entre trece y catorce horas.  Si hacéis cuentas con los datos de Cracovia y Varsovia, veréis que la velocidad media se sitúa entre los 50 y los 70 km/h.  Esto se debe a que Polonia cuenta con una red de carreteras y autopistas todavía obsoletas.  Digo todavía, porque no podéis olvidar que aquí se celebró la Eurocopa 2012, con lo que eso supone para la mejora de la red de transporte para cualquier país.  Se espera, que con el ingreso de Polonia en la UE, producida en 2004, los fondos europeos sirvan para mejorar todo esto, y que Polonia cuente con una red de carreteras y autopistas modernas y acordes al siglo XXI.  En cuanto a las compañías de autobús, bueno, hay muchas, y a veces resulta un poco confuso aclararse entre tantas, pero sobre todas, destaca PolskiBus, que conecta las principales ciudades de Polonia por muy bajo precio (hasta 5 zloty -1,20 €- si se reserva con mucha antelación).  Si no, siempre podéis viajar en alguno de los microbuses que ofrecen otras compañías privadas, eso sí, mucho más caras.  Para conocer horarios y líneas para viajar entre ciudades, podéis visitar la página web de e-podroznik.

Autobús de PolskiBus.  Moderno y con conexión gratuita a internet, casi imprescindible para
soportar un mínimo de tres horas de viaje (aunque no siempre funciona).  Todo por 5 zloty.

Ejemplo de microbús polaco.  Con "esto" podéis viajar a casi cualquier rincón de Polonia

Entonces, si viajar en autobús es tan complicado, mejor cojamos el tren, diréis.  Bueno, no esperéis encontrar el AVE en Polonia.  Coger un tren aquí, es como protagonizar una película de época, de esas en las que salen ricachones viajando en tren.  No es que tengan aviones de carbón, tampoco es eso, pero los trenes son viejos y lentos.  Tanto, que generalmente se tarda incluso más que viajando en autobús.  Eso sí, en ocasiones, los viajes son más baratos.  La empresa PKP es el equivalente a RENFE en Polonia.

Habitual tren polaco.  Como podéis ver, no muy moderno...

En cuanto al transporte público en las ciudades, por lo general, operan dos compañías: MPK, que es compañía pública de autobuses que opera en todo el país; y PKS, que por lo general, une el centro de las distintas ciudades con los barrios periféricos.  Eso sí, no esperéis que los autobuses pasen cada cinco minutos como en Zaragoza, no, aquí, dependiendo de la línea, la espera puede oscilar entre 20 minutos y dos horas.  Afortunadamente, en las paradas de las distintas líneas, viene especificado la hora exacta a la que debe pasar el autobús, dato que se puede consultar por internet.  En el caso de MPK, existe una aplicación para el móvil que te permite conocer todos los horarios de las distintas líneas en modo off-line.  Además, las ciudades más grandes cuentan con tranvía (Varsovia, Cracovia, Breslavia...), y existe una línea de metro en Varsovia (está en construcción la segunda).

Estación de metro Warszawa-Centrum, una de las más concurridas de Varsovia

Y esto es todo, espero que no haberos desanimado mucho en cuanto al tema de viajar por este país.  Se puede hacer duro, pero todo requiere de un poco de paciencia.  Nos vemos en próximos posts.

Na razie!

domingo, 23 de febrero de 2014

Viajando por Polonia (II): Breslavia

Aprovechando que hace unas semanas inicié esta serie en la que os muestro algunas otras localidades de Polonia, y que hace escasamente una semana anduve por Breslavia (o Wrocław en polaco), aprovecho que tengo reciente la visita para hacer entrada y enseñaros la ciudad.  O parte de ella.

Lo primero que llama la atención en esta ciudad es su arquitectura.  Breslavia es absolutamente diferente de otras localidades de Polonia, como Cracovia, o especialmente Varsovia.  Situada en el centro de Silesia, Breslavia es una ciudad que ha estado en manos polacas, austriacas y prusianas a lo largo de su larga historia, lo cual se refleja claramente en su arquitectura y en el diseño de sus calles.  En 1741, cuando la ciudad pasó de Austria a Prusia, fue rebautizada como Breslau, nombre con el que fue conocida hasta 1945, cuando el Ejército Rojo la liberó de los nazis.  En la Segunda Guerra Mundial, tres cuartas partes de la ciudad quedaron arrasados.  Al finalizar ésta, la ciudad, después de un periodo de casi 800 años, pasó definitivamente a Polonia, siendo colonizada con habitantes procedentes de Lviv, ciudad históricamente polaca pero que había pasado a manos soviéticas, hoy parte del territorio de Ucrania.  Los habitantes de la vieja Breslau fueron deportados al oeste.  El efecto de la guerra sobre la ciudad fue tan devastador, que hasta la década de los 80 no recuperó la población que había antes del inicio de la contienda.

Con toda esta historia tan convulsa, se entiende fácilmente esa diferencia entre Breslavia y el resto del país, la arquitectura muestra las distintas culturas que han habitado esta bella ciudad.  Su monumento más famoso es el edificio del Ayuntamiento, enorme.  Situada en el centro de la Rynek (por cierto, la segunda mayor del país, solo superada por la de Cracovia), incorpora hasta tres calles interiores. La parte central data del siglo XVI, y está coronada por un tejado con pináculos, algo muy típico de Polonia.  El reloj astronómico data de 1580.

Edificio del Ayuntamiento de Breslavia

Muy cerca de allí, se encuentra la iglesia de Santa Isabel (Kosciol Sw Elżbiety), con su impresionante torre de 83 metros de altura, visible desde casi todo el centro de Breslavia.

Torre de la Iglesia de Santa Isabel

Iglesia de Santa Isabel

Muy interesante resulta también acercarse al río.  Breslavia está dividida por el río Oder, y cuenta con una docena de islas repartidas en mitad de éste, a las cuales se pueden acceder por innumerables puentes.  De todas ellas, destaca la isla de la Catedral, donde, como habréis adivinado, se alza la majestuosa Catedral de San Juan Bautista, cuna de Breslavia.
 
Catedral de San Juan Bautista vista desde la otra orilla del río
Catedral de Breslavia

Son innumerables las iglesias y catedrales que salpican la ciudad, y no hay espacio suficiente aquí para mostrarlas todas.  Pero dejemos a un lado los edificios religiosos.  Cuatro kilómetros al este del centro, podemos encontrar el Auditorio del Centenario, un majestuoso edificio levantado a principios del siglo XX, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2007.  Junto a él, veréis el Iglica, una aguja de metal de casi 100 metros de altura construido en 1948 para celebrar la victoria aliada.  Si tenéis tiempo, ganas y dinero, os podéis acercar al zoo de Breslavia, que se encuentra a unos cincuenta metros de aquí.

Auditorio del Centenario (Hala Stulecia)

Iglica

Finalmente, me gustaría destacar el monumento en recuerdo a las víctimas de la masacre de Katyn (consultad Wikipedia), junto al Panorama de Racławice:
 

Y creo que esto es todo, que el post ya va siendo demasiado largo.  Hay mucho que ver en esta ciudad, y yo no os voy a romper el encanto de venir a conocerla por vosotros mismos y descubrir los secretos de la ciudad.  Nos vemos la semana que viene.

Na razie!

miércoles, 12 de febrero de 2014

Smacznego!

Esta semana os voy a mostrar uno de los aspectos menos conocidos de Polonia, al menos de cara al exterior, pero que resulta de gran importancia conocer cuando se viaja a éste o cualquier otro país extranjero: la gastronomía.  Así que sentaros a la mesa, que empezamos.

PIEROGI
El origen de este plato está en discusión entre varios países del centro y del este de Europa, pero sea cual sea su origen, lo que está claro es que es, probablemente, el plato más representativo de la gastronomía polaca.  Básicamente, es una pasta rellena de distintos vegetales, aunque también lo hay de carne.  Recuerda un poco a las empanadillas, con la diferencia de que la pasta no se fríe, si no que se cuece, ya que aquí, lo de cocinar con aceite de oliva no se estila...

Pierogi

BIGOS
Junto con el pierogi, el bigos es el plato más importante de Polonia, hasta el punto de ser considerado como el plato nacional, esto es, para un polaco cualquiera, el bigos es lo que la tortilla de patata para un español.  En polaco, Bigos significa algo así como "revuelto", lo que da una idea de cómo es el plato.  Consiste en una mezcla de col (en Polonia raro es el plato que no lleva col), todo tipo de carne, salchichas, setas y ocasionalmente tomate.

Bigos, plato nacional de Polonia

BARSZCZ
Esta es una sopa agria, normalmente hecha con remolacha, lo que le da un característico color rojo, aunque también existen otras versiones, en este caso, la de la foto es blanca (biały).  Además de la remolacha, suele venir acompañada de distintos vegetales y salchicha.  Muy habitualmente, se sirve con un huevo duro.

Barszcz biały

PLACKI
Los que me conocéis un poco, deberíais saber que todo lo que lleve patata para mi es comida de categoría (así de simple soy), así que os podéis imaginar mi opinión de este plato.  Como habréis adivinado, su ingrediente principal son patatas, peladas y ralladas, a las que se añaden huevos, harina, cebolla y ajo.  Estos son los ingredientes básicos, a partir de allí, se pueden añadir unos u otros en función de la variante que se esté haciendo.  Todo ello se mezcla, dándole forma de tortillita y se fríe en grasa.  Finalmente se le puede añadir azúcar.  Muy habitualmente se sirven acompañadas de un platillo con salsa agridulce para untar.  Sí, los he visto, los bañan en eso...  En serio, dejando aparte la referencia cinematográfica, la salsa le da un toque especial.

Placki ziemniaczane

KIEŁBASA
Las salchichas de aquí.  Si me seguís regularmente, es posible que recordéis que ya he hecho algún comentario acerca de ellas.  Nada que describir aquí, son salchichas, de muy buen sabor, por cierto, y al más puro estilo de Centro Europa, es decir, más parecidas en cuanto a largura y grosor a nuestro chorizo que a lo que entendemos por salchichas en España.  Existen multitud de tipos, si venís por aquí, podéis probar distintas clases y decidir cuál os parece mejor...


Kiełbasa

Finalmente, si alguna vez tenéis la oportunidad de degustar cualquier plato polaco, observaréis que utilizan una gran cantidad de especias, lo que le da un sabor muy potente a casi cualquier comida.  Y como ya os he dicho antes, kapusta (col) por todas partes.

Espero haberos abierto el apetito.  Nos vemos la semana que viene.

Smacznego! (¡Qué aproveche!)

jueves, 6 de febrero de 2014

Czy mówisz po Polsku? (III)

Acabamos nuestro curso exprés de polaco con la tercera y última entrada de la serie.  Si habéis leído las entradas anteriores, supongo que habréis llegado a la conclusión de que aprender este idioma es tarea complicada, y que requiere muchas horas de estudio.  Si no las habéis leído u os apetece recordar las lecciones anteriores, las tenéis en estos dos enlaces: Czy mówisz po Polsku (I) y (II).

Una vez hemos terminado con la pronunciación, vamos a entrar en faena de verdad y ver algunas expresiones útiles de polaco.  Como sería bastante aburrido que os lo explicase por escrito, he hecho una imagen sencilla para os resulte más fácil de aprender:

Algunas expresiones útiles de polaco
Creo que no he cometido ningún error ortográfico ni gramatical, pero si veis alguno, no dudéis en decírmelo y lo arreglo enseguida.  En cuanto a la pronunciación de las palabras, por supuesto, no deberías tener ningún problema si habéis leído las entradas anteriores.

Evidentemente, además de todas estas expresiones hay algunas más que pueden ser interesantes.  Si os fijáis en el título de la entrada, Czy mówisz po Polsku?, significa ¿Hablas polaco?, ojo, de manera informal, en segunda persona, si quieres usar el usted la frase cambia un poco.  Además, tendrías que distinguir entre género masculino y femenino, según a quién te dirijas, pero no voy a explicar tanto.  Pues bien, quizás esta expresión no os sea útil, pero sí que puede ser Czy mówisz po Angielsku?, si os entendéis mejor con el inglés, y queréis saber si vuestro interlocutor habla el idioma de Shakespeare.  Aunque siempre podéis preguntarlo directamente en inglés.

Y por supuesto, si vais de compras, siempre está bien conocer el nombre de los alimentos, al menos los más básicos, y lo mismo ocurre con la ropa.  Algunos ejemplos: Chleb es pan, Olej es aceite, Cukier  es azúcar, Czekolada  chocolate, Herbanitki  galletas, Jajka huevos, Mleko leche, Mąka harina, Ziemniaki  patata (en singular)...  En cuanto a los medios de transporte, Samochod  es coche, Autobus  es autobús (esta es obvia), Lotnisko es aeropuerto, Przystanek  es parada de autobús, Następny  przystanek es "próxima parada"...  En fin, hay muchas palabras y expresiones y no puedo explicar todas aquí, así que venís por aquí, os recomiendo haceros con un diccionario, si lo podéis llevar en el móvil mejor.  De esa manera vuestras dificultades con el polaco se reducirían muy levemente.  

Dejamos aquí nuestro curso de nivel básico de polaco, espero que os haya sido de ayuda y hayáis aprendido mucho.  Nos vemos en próximos posts.

Na razie! (que viene a ser ¡Hasta luego!)

viernes, 31 de enero de 2014

Czy mówisz po Polsku? (II)

Seguimos con nuestro breve curso de polaco.  O más bien de como pronunciar este idioma imposible.  Espero que hayáis hecho los deberes y vengáis con la primera lección aprendida.  De no ser así, y en caso de que tengáis necesidad de repasar, podéis encontrar la entrada anterior en este enlace.

Bien, a lo que íbamos, si recordáis, en la entrada anterior os expliqué como son los fonemas de las letras ąę, ćńóśźł y ź.  En esta entrada os voy a contar como se pronuncian las distintas combinaciones de letras, o mejor dicho, aquellas combinaciones de letras que no se leen igual que en castellano (por ejemplo, pl o dr se pronunciarían igual).

Pero antes de pasar a ellas, es necesario hacer unas puntualizaciones con respecto a algunas consonantes.  Y una de ellas, muy importante, y difícil de recordar para los hispanohablantes (o al menos para mi), respecta a la letra c.  Si, c, de Cataluña.  En polaco no se pronuncia con el sonido ka, o ko, por ejemplo, para eso ya está la letra k.  La c se pronuncia algo así como "ts".  Por ejemplo, la palabra "cukier" se pronuncia en realidad "tsukier".  Y así siempre que veamos una c.  Bueno, no siempre, pero no quiero ir tan lejos.  Por cierto, "cukier" viene a significar "azúcar".  Otra precaución a la hora de leer ciertas consonantes viene con la h, ya que no es muda, se pronuncia como una j, en jamón, por ejemplo.  ¿Y la j?  Normalmente como una i latina.  Nótese que la frase empieza con un "normalmente".  La "g" se pronuncia siempre como en "Guadalajara", por ejemplo, aunque vaya seguida de e o i, siempre es el sonido gue o gui.  Finalmente, la "w" que vendría a tener el mismo sonido que la "v" española.  En polaco no existen ni la q ni la v  ni la x.  Ni evidentemente, la ñ.

Y ahora si, vamos con las combinaciones de letras.  Y esas combinaciones son las siguientes (se recomienda encarecidamente relajarse y no asustarse):


Vamos con la primera.  "ch".  Pensaréis "pero si eso también existe en español".  Pues no es igual.  En polaco, esta combinación de letras representan al fonema "j".  EXACTAMENTE IGUAL QUE LA H.  El por qué tienen las dos, es cosa de evolución del idioma y todo eso, aunque otros pensemos sin ningún fundamento que es por dar por saco un rato.  Como ejemplo, "choinka", se pronunciaría "joinka".  Significa "árbol de Navidad".  Nuestro sonido "ch" viene representado por la combinación de letras "cz".  Ejemplo (atención, palabra muy importante): "czekolada".  Supongo que os imagináis lo que significa, en español viene a ser más o menos igual.  Las combinaciones "dz", "dź" y "dź", tienen una diferencia fonética muy leve, más o menos, todas vienen a representar el sonido español "y", como en "yo" (pero estilo latinoamericano), con distintos grados de fuerza en la pronunciación de la "y".  Finalmente vamos con las dos últimas.  "rz" se pronuncia exactamente igual que la ź (algo así como "zhe").  Y "sz" exactamente igual que la ś, que si recordáis es como el sonido "shua" del inglés, como en "shower".  Sin ir más lejos, mi voluntariado se desarrolla en Rzeszów, que como véis, lleva justo estas dos últimas combinaciones de consonantes.  Pues bien, en español, el nombre la ciudad vendría a pronunciarse más o menos "Yeshuf".

Para acabar, os dejo un ejemplo de como suena el idioma polaco con una canción muy famosa por estas tierras.  Es bastante cansina, a decir verdad, pero tiene algo que hace que se meta en la cabeza.  Vale, a lo mejor al poner el vídeo pretendo hacer un poco de fanservice para levantar la audiencia masculina del blog.  Pero en todo caso os sirve para comprobar como suena este idioma.


Por cierto, el título de la canción significa "Ella baila para mi".  Y sin necesidad de diccionario.  Nos vemos en la tercera y última parte de esta serie.  Os tocará aprender algunas palabras útiles.

Na razie!







sábado, 25 de enero de 2014

Czy mówisz po Polsku? (I)

Hola a todos de nuevo.

Después de la entrada anterior, en la que os hablaba de una de las posibilidades que ofrece el voluntariado, como es viajar, en esta, y en la siguiente, os voy a hablar de una de las obligaciones que establece el programa de Voluntariado Europeo.  Aprender el idioma local.  Aprenderlo, o al menos estudiarlo, porque según al país al que decidas marchar, aprenderlo puede ser cosa más o menos fácil.  O casi imposible.

En el caso particular del polaco, podríamos decir que estamos casi en el último punto, pues se trata de uno de los idiomas más difíciles de aprender del mundo, a la altura del finés o el chino.  Al ser una lengua flexiva, es decir, que tiene declinaciones, no tiene reglas gramaticales fijas.  Los verbos cambian su terminación según sea género masculino o femenino (esto se da especialmente en el tiempo pasado), lo mismo ocurre con los adjetivos, los pronombres posesivos y casi cualquier otro componente del lenguaje.  Para que lo entendáis, os dejo un ejemplo gráfico:

Diferentes maneras de decir "dos" y "segundo" en polaco.
 Todo depende de género, número... e infinitas cosas más...
Estas dificultades en el aprendizaje del idioma polaco, hace que muchos locales no lleguen a dominarlo completamente hasta cumplidos los 16 años.  Ahí es nada.  Pero no es mi objetivo enseñaros las reglas gramaticales del polaco, más que nada porque ni yo mismo me las se, ya que apenas he dado unas 20 horas de polaco, pero sí os puedo enseñar algunas frases y palabras útiles para el día a día, por si algún día decidís viajar a este país o hacerme una visita.

Pero antes de empezar, es necesario que aprendáis el sonido de algunas de los caracteres especiales únicos de este idioma, pues, aunque el alfabeto que utilizan es básicamente el mismo, con algunas letras diferentes, no ocurre lo mismo con la fonética.  Pues si aprendéis a identificar letra con sonido, tendréis un poco ganado, ya que, como todos los idiomas, el polaco "se lee como se escribe" (cuántas veces habré oído esto para el castellano, pensando el personal que es exclusivo de nuestro idioma).  El problema reside en que hay que saber como se lee.  Y eso es lo difícil.  Para empezar, veamos estas dos vocales:


La primera de ellas, ątiene un sonido parecido a "aun".  Y la segunda, ę, lo tiene a "eun".  Hasta donde yo se, no existen palabras que comiencen por ninguna de estas dos vocales, pero sí que están contenidas en muchísimas palabras.  Hasta aquí, todo es más o menos sencillo, lo difícil empieza ahora.  Veamos estas otras letras:



Se lo que estáis pensando: ¿consonantes con acento?  ¿De verdad?  Pues sí, en polaco existen, y cada una de ellas representa un sonido distinto.  La primera de ellas, ć, representa el sonido "ch" (pero de corta duración, para que nos entendamos).  ń, es un sonido parecida a nuestra querida ñ, aunque sin llegar a ser exactamente igual, podría traducirse como "nie".  La única vocal con acento, ó, vendría a representar el sonido vocálico "u" (que pensabais, que era como nuestra o acentuada? ilusos...), el carácter ś, vendría a representar el fonema "sh", similar al inglés (en "shower", por ejemplo), pero un poco más corto, y finalmente, ź, que sería similar al anterior pero un poco más largo, este es uno de los sonidos más difíciles para los hispanoparlantes. 

Para terminar por hoy, vamos con las dos últimas letras especiales:


La primera de ellas, ł, es una letra que encontramos en un sinnúmero de palabras, de hecho, me atrevería a decir que es la letra que representa al idioma polaco.  De hecho, el principal río de Polonia, el Vístula, la contiene, ya que en polaco el nombre de este río es Wisła.  Curiosamente, viene a tener una sonoridad más o menos muda, como nuestra h (evidentemente, la h polaca no es muda, pero eso ya os lo explicaré otro día).  Finalmente, la ż representa un fonema parecido al ź que os he explicado un poco más arriba, pero con un sonido un poco más similar a algo así como "zhe".  No se muy bien como representarlo con letras, en castellano no tenemos este sonido.  Vendría a ser similar a como pronuncian la "y" allá por Sudamérica, pero un poco más exagerado.

Y por hoy dejamos aquí la primera lección de polaco.  Lamentablemente no hemos terminado, ya que todavía no os he explicado como pronunciar las letras combinadas, como ch, rz, dz, sz...  Además de algún otro sonido que aún nos queda.  Pero eso lo dejamos para el próximo post.  Prometo que no será tan largo como este.  Eso si, venid con la lección aprendida...

Na razie!

domingo, 19 de enero de 2014

Viajando por Polonia (I): Cracovia

Después de un obligatorio parón por Navidad, visita a la familia incluida, volvemos a la carga con el blog.  Esta semana voy a iniciar una sección en la que voy a tratar uno de los temas más interesantes cuando se está realizando un Voluntariado Internacional.  O cuando se está fuera, en general.  Los viajes.

Y no lo voy a hacer por dar envidia ni nada de eso, si no, simplemente por aclamación popular.  El público quiere fotos, pues habrá que darle al público lo que el público quiere.  Y por otro lado, ando un poco escaso de ideas, para que os voy a engañar, así que este post me puede servir, o eso espero, para ganar tiempo hasta que se me ocurra algo más interesante que contaros.  Dicho todo esto, vamos al meollo.

Entre los muchos lugares que pueden ser visitados en Polonia, el sitio turístico por excelencia es Cracovia.  Anclada al sur de Polonia, muy cerca del lugar de nacimiento de Juan Pablo II, se halla esta ciudad, segunda tanto por importancia como por tamaño del país, que cuenta con un patrimonio artístico digno de ser visitado.  A diferencia de la mayoría del país, Cracovia se libró del paso de las bombas durante la Segunda Guerra Mundial, de manera que conserva la mayor parte de su patrimonio, cosa que por ejemplo, no ocurre en Varsovia.  Si os decidís a ir a visitarla, puede que lo primero que os sorprenda es el lugar en el que se halla la estación de autobuses y trenes de la ciudad: junto a un centro comercial, Galeria Krakówska.  Y junto al centro comercial, quiere decir que una de las posibles salidas de la estación, y la más útil, por cierto, ya que te deja a pocos metros del centro, consiste en atravesar el centro comercial.  Una tentación para empezar a comprar nada más llegar... o para una compra de última hora antes de marcharse...

Entre los muchos lugares dignos de admirar en Cracovia, uno de los más concurridos es la Plac Mariacki, en el centro de la ciudad vieja (Stare Miasto).  Allí podemos encontrar la Iglesia de Santa María.  Además, si vais por Navidad, en las cercanías de ésta, podéis visitar el bonito mercado navideño de Cracovia.

Plac Mariacki

Iglesia de Santa María
Y apenas unos metros más adelante, nos encontramos con la imponente torre del Ayuntamiento, uno de los símbolos de la ciudad.

Torre del Ayuntamiento de Cracovia.  Al fondo, la Plaza del Mercado (Rynek)
Pero si me preguntarais cual es el mejor lugar de Cracovia, si solo tuvieseis unas pocas horas para visitar la ciudad, y tuvieras prisa por marcharos, si solo pudierais tuvierais tiempo para visitar un solo lugar, os recomendaría encarecidamente visitar la colina de Wawel.  Situada a la orilla del Vístula, en los límites de la ciudad vieja, en ella podéis encontrar los vestigios de lo que fue la antigua residencial imperial, cuando Cracovia todavía era la capital del viejo Reino de Polonia.  La colina por si sola necesita de varias horas para ser visitada, ya que en ella se encuentra el antiguo palacio real, la catedral...  Por supuesto, la visita se alarga si decidís entrar al interior de los diferentes edificios.  Como una imagen vale más que mil palabras, os dejo unas fotos para que os hagáis a la idea de lo que podéis encontraros allí.

Catedral de Wawel, con la estatua de Juan Pablo II vigilando la entrada

Lateral de la Catedral de Wawel

Plaza interior del Castillo Real de Wawel
Y esto es un pequeño resumen de lo que podéis encontraros en Cracovia.  Eso, y muchos Erasmus, españoles entre ellos, ya que esta ciudad es destino habitual de ese tipo de estudiantes.  Por supuesto, estas son mis recomendaciones, vosotros siempre podéis visitar otros muchos sitios en esta bella localidad.  Podéis visitar el Collegium Maius (mejor a las once o a la una en punto, hacedme caso), donde estudió Copérnico, la vieja fábrica de Óskar Schindler, perderos por el viejo barrio judío de Kazimierz...  Y si os gusta la historia, os quedan fuerzas, y sobre todo muchas ganas, podéis pasaros por Oswięcim, a unos 70 km al oeste de Cracovia.  ¿Qué podréis ver allí?  Pues ni más ni menos que el antiguo campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.  Si os decidís a ir, solo os puedo recomendar que os toméis vuestro tiempo, pues hay mucho que ver allí.  Y por supuesto, concienciaros de lo que vais a ver, pues por mucho que hayáis leído u oído, es mucho peor de lo que os podáis imaginar.  Pero de eso no vamos a hablar aquí, pues el objetivo de este blog no es traumatizar a nadie.

"El trabajo os hará libres".  Esto es todo lo que os voy a enseñar de Auschwitz en este blog.
Nos vemos en próximos posts.  Na razie!