Llegamos a la que se supone es última entrada de este blog. O al menos espero que sea la última, porque si no lo es, seguramente querrá decir que han acontecido huelgas varias en Francia que me retengan en París por un tiempo y tenga que contarlo de algún modo, ya sea a través de este blog o por otras fuentes. Pero esperemos que no, toquemos madera.
Se pone fin así a 171 días como voluntario en Polonia, casi casi medio año exacto. De hecho, si no hubiera tenido que adelantar una semana mi regreso, así hubiese sido, seis meses clavados tal como se establecía en mi Activity Agreement, esa especie de contrato que se firma cuando se acepta el Voluntariado. Ciento setenta y un días, decía, y 18 entradas en el blog contando con esta. Casi una cada diez días. Y eso que tuve un periodo de crisis creativa en la que no sabía muy bien de qué escribir y por qué seguía con el tema este del blog si me siguen cuatro gatos. Pero bueno, el compromiso con la gente que me sigue, inclusive de algunos de los que hace mucho no sabía nada, y que no esperaba que me siguieran, me hicieron continuar adelante con el proyecto. Y aquí estamos, casi ochocientas visitas después, cerrando el blog. Me hubiera gustado llegar a las mil para dejar un número redondo y bonito, pero bueno, tampoco me puedo quejar del resultado, teniendo en cuenta el escaso público al que iba dirigido esto.
Analizando todo este periodo de voluntariado, debo decir que he finalizado muy contento de mi trabajo en Polonia. Si por mi hubiera sido, me hubiese quedado sin dudarlo, ya que creo que todavía me quedaron cosas por hacer, especialmente ahora que en mi organización de acogida les ha dado por iniciar un proyecto en el que analizar aguas con los chavales. Se les ocurre ahora que me voy, para una vez que tienen un químico en el negocio... Pero bueno, yo ya hice mi propia investigación sobre aguas. Ha sido muy positivo para mi poder ejercer más o menos mi profesión, ya que aunque mi trabajo aquí ha sido mayormente con chavales más o menos jóvenes, me he dedicado a hacer una pequeña investigación química acerca de la calidad del agua del río de Rzeszów. Además de los talleres de ciencia que les he montado. Es lo que tiene haber estudiado químicas, que al final te vuelves un friki de ella y la necesitas de vez en cuando para sentirte realizado...
En cuanto a mi vida en Polonia, ha sido mejor de lo esperada. El famoso invierno polaco no ha existido este año. Apenas en un par de ocasiones hemos estado por debajo de -15ºC. Y la nieve casi no ha hecho acto de presencia. Ahora parece que la primavera se está abriendo paso, y creedme si os digo que no es tan distinta a la nuestra. Quizás el verano sea un buen momento para regresar como turista.
Esta ha sido la nevada más gorda de todo el año. Como veis, poquica cosa... |
Esta última semana he estado de asuntos burocráticos. Como os podréis imaginar, una vez terminas el voluntariado, tienes que formalizar unos cuantos documentos. Que si informes finales para la Agencia Nacional, que si otro para la UE, informe sobre mi investigación personal... El YouthPass... ¿Que qué es el YouthPass? Es un documento en el que te autoacreditas (si, como suena) que has aprendido una serie de habilidades que te pueden servir en tu futura vida laboral, imagino que lejos de España, porque España y laboral son palabras que no pueden ir juntas en una misma frase...
Y ahora ya, aquí estamos, último día en Polonia. Quizás cuando leas esto, ya esté en el aire, de regreso a Zaragoza. O incluso, ya esté allí. O atascado en París. Quién sabe. Creo que más o menos os he contado lo más importante de mi estancia aquí, aunque seguro que hay muchas cosas de las que me he olvidado. Quizás algún día os lo cuente en una segunda parte de este blog.
Para terminar, me gustaría daros las gracias a todos los que habéis sido capaces de soportar los tostones que os he ido metiendo regularmente en este blog, incluido éste. Gracias por leerme. Nos vemos en España.
Do zobaczenia!