Aprovechando que hace unas semanas inicié esta serie en la que os muestro algunas otras localidades de Polonia, y que hace escasamente una semana anduve por Breslavia (o Wrocław en polaco), aprovecho que tengo reciente la visita para hacer entrada y enseñaros la ciudad. O parte de ella.
Lo primero que llama la atención en esta ciudad es su arquitectura. Breslavia es absolutamente diferente de otras localidades de Polonia, como Cracovia, o especialmente Varsovia. Situada en el centro de Silesia, Breslavia es una ciudad que ha estado en manos polacas, austriacas y prusianas a lo largo de su larga historia, lo cual se refleja claramente en su arquitectura y en el diseño de sus calles. En 1741, cuando la ciudad pasó de Austria a Prusia, fue rebautizada como Breslau, nombre con el que fue conocida hasta 1945, cuando el Ejército Rojo la liberó de los nazis. En la Segunda Guerra Mundial, tres cuartas partes de la ciudad quedaron arrasados. Al finalizar ésta, la ciudad, después de un periodo de casi 800 años, pasó definitivamente a Polonia, siendo colonizada con habitantes procedentes de Lviv, ciudad históricamente polaca pero que había pasado a manos soviéticas, hoy parte del territorio de Ucrania. Los habitantes de la vieja Breslau fueron deportados al oeste. El efecto de la guerra sobre la ciudad fue tan devastador, que hasta la década de los 80 no recuperó la población que había antes del inicio de la contienda.
Con toda esta historia tan convulsa, se entiende fácilmente esa diferencia entre Breslavia y el resto del país, la arquitectura muestra las distintas culturas que han habitado esta bella ciudad. Su monumento más famoso es el edificio del Ayuntamiento, enorme. Situada en el centro de la Rynek (por cierto, la segunda mayor del país, solo superada por la de Cracovia), incorpora hasta tres calles interiores. La parte central data del siglo XVI, y está coronada por un tejado con pináculos, algo muy típico de Polonia. El reloj astronómico data de 1580.
Edificio del Ayuntamiento de Breslavia |
Muy cerca de allí, se encuentra la iglesia de Santa Isabel (Kosciol Sw Elżbiety), con su impresionante torre de 83 metros de altura, visible desde casi todo el centro de Breslavia.
Torre de la Iglesia de Santa Isabel |
Iglesia de Santa Isabel |
Muy interesante resulta también acercarse al río. Breslavia está dividida por el río Oder, y cuenta con una docena de islas repartidas en mitad de éste, a las cuales se pueden acceder por innumerables puentes. De todas ellas, destaca la isla de la Catedral, donde, como habréis adivinado, se alza la majestuosa Catedral de San Juan Bautista, cuna de Breslavia.
Catedral de San Juan Bautista vista desde la otra orilla del río |
Catedral de Breslavia |
Son innumerables las iglesias y catedrales que salpican la ciudad, y no hay espacio suficiente aquí para mostrarlas todas. Pero dejemos a un lado los edificios religiosos. Cuatro kilómetros al este del centro, podemos encontrar el Auditorio del Centenario, un majestuoso edificio levantado a principios del siglo XX, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2007. Junto a él, veréis el Iglica, una aguja de metal de casi 100 metros de altura construido en 1948 para celebrar la victoria aliada. Si tenéis tiempo, ganas y dinero, os podéis acercar al zoo de Breslavia, que se encuentra a unos cincuenta metros de aquí.
Auditorio del Centenario (Hala Stulecia) |
Iglica |
Finalmente, me gustaría destacar el monumento en recuerdo a las víctimas de la masacre de Katyn (consultad Wikipedia), junto al Panorama de Racławice:
Y creo que esto es todo, que el post ya va siendo demasiado largo. Hay mucho que ver en esta ciudad, y yo no os voy a romper el encanto de venir a conocerla por vosotros mismos y descubrir los secretos de la ciudad. Nos vemos la semana que viene.
Na razie!